viernes, 31 de octubre de 2014

AZKEN OSTIRALA SANTURTZIN -URRIA / OCTUBRE- (135 PERSONAS).


SITUACIÓN ACTUAL DE LOS/AS PRESOS POLÍTICOS VASCOS GRAVEMENTE ENFERMOS.

El día 24 de septiembre era excarcelado en razón de su grave enfermedad, Ventura Tomé, vecino de Tafalla. La medida llegaba 20 meses y una metástasis más tarde de lo que en derecho y justicia le correspondía. En el tiempo transcurrido desde que le diagnosticaran cáncer de próstata hasta su liberación, se le había detectado un nuevo tumor, esta vez en el pulmón, y lo que aún es más grave: durante más de 6 meses, ocultaron al preso político vasco este nuevo diagnóstico. Este hecho, sumado a las condiciones en las que recibió el tratamiento de radioterapia (esposado en las 28 sesiones prescritas, tensión y provocación en los traslados al hospital, negativa a darle agua cuando la necesitaba, ...) rebate por sí mismo el argumento, tantas veces esgrimido por los responsables penitenciarios, de que las enfermedades graves e incurables pueden ser tratadas en prisión con todas las garantías. No podemos decir que estando en libertad, no se hubiera presentado el segundo cáncer diagnosticado a Ventura Tomé, pero lo que es innegable es que las condiciones en las que recibió el tratamiento del primero, no ayudaban en absoluto a su recuperación, y que durante más de medio año se le ocultó la presencia de una metástasis, negándosele durante este largo tiempo el conocimiento de su estado de salud, las pruebas y valoración de la evolución de su enfermedad y el tratamiento necesario. Lo que dice mucho de cómo el estado español no actúa en parámetros de defensa de los derechos humanos, sino mas bien al contrario, actuando de un modo vengativo, que lo único que esta provocando es sufrimiento.

Pocos días después de liberar a Ventura Tomé, a Ibon Iparragirre, enfermo de SIDA en fase C, le denegaban la prisión atenuada, y un tercer preso político gravemente enfermo, José R. López de Abetxuko, era operado del corazón sin que su familia pudiera visitarle ni en el hospital, ni en la prisión. Además estos días hemos conocido que al preso político de Hernani encarcelado en el estado francés, Ibon Fernández Iradi, un juez del Tribunal de Apelación de París ha solicitado un nuevo informe médico, el tercero de este proceso, sobre su estado de salud, por lo que la decisión sobre su salida de prisión se demorará al menos cinco meses.

Denegar la excarcelación de las y los presos con enfermedades graves e incurables, solo es garantía de vulneración del derecho a la salud, y es, por supuesto, garantía de sufrimiento. Tanto para la persona enferma como para sus allegados, que ven con dolor y con impotencia cómo las dificultades, trabas, desidia y afán de venganza, colocan a sus familiares encarcelados ante una nueva condena cuyo resultado puede ser mortal.

La dispersión se mantiene en los mismos parámetros de cuando se iniciara hace ahora mas de 25 largos años. Sus consecuencias en cambio, no se mantienen: se acrecientan, puesto que las penalidades fruto de la vulneración de sus derechos, se acumulan sobre presas y presos políticos y sobre sus familiares trazando una raya roja, sobradamente rebasada, de situaciones límites.
EUSKAL PRESO ETA IHESLARI POLITIKOAK ETXERA !!

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